miércoles, 25 de septiembre de 2013



Algún día…



Cuanto me gustaría amor… incitarte a amarnos más y a poseernos menos…

Y me encantaría tener la sabiduría para enseñarte que lo más sencillo es mejor que lo complejo.

Que mientras más brazadas des, no vas a llegar más lejos,

Que es mejor al nadar hacerlo de forma eficiente aunque sea menos.

Que el descanso es fundamental, que reventarse de trabajo merma tu salud, tus fuerzas y sobre todo tus ganas de experimentar,

Que las rutas nuevas son necesarias para aprender a innovar.

Cuanto me encantaría amor… saber mostrarte que hay otras bellezas en la vida además de las que conocemos,

Que el dinero no es la única llave maestra del universo, que cuando se combina con otros elementos es más funcional y abre puertas de lugares que no se pueden comprar y que no conocemos,

Que cuando el goce se tiene como medio de vida beatifica y que cuando se tiene como fin carcome.

Amor… me encantaría tanto abrazarte y guardar silencio a tu lado y que mi silencio te diga todo lo que te quiero decir y siento…

Cuanto desearía hicieras una pausa leve en ese viaje que has emprendido hacia tus metas, y te sientes, reposado y calmo y aprendas a compartir con esta alma que el universo te ha atravesado,

Algún día amor...Ojalá! …algún día podamos regocijarnos en nuestros logros y agradecer todo lo que somos y tenemos.

Compartirlo…

Deleitarnos. ….

Y sobre todo…

Estar satisfechos….



Jaineth Méndez



miércoles, 18 de septiembre de 2013


Encuentro...


…Y de pronto sucedió… 

Estaba allí…  

Tan anhelado momento, claro, diáfano, desconocido, inesperado; nada parecía real, todo se había desdibujado...  

Lentamente se acerca…  

Me mira y siento como su mirada penetra mi piel hasta casi llegar a mis huesos; me siento febril, desnuda, poseída, tomada y extrañamente sin ápice de vergüenza...   

Sin poder mover un solo músculo me rindo  y sin voluntad me entrego vencida y placenteramente libre de cualquier apego… 

Permito que el instante me arrebate y  lleve en sus brazos, y ruego porque el perfume que emana de mi cuerpo  embriagando cada vez más  mis sentidos,  impregne tan vívido momento.

Justo cuando  me hallo divinamente atrapada y descubierta… 

De forma repentina, su voz como un trueno irrumpe en mis oídos sacándome de lo más profundo de mis sueños… 

Una vez más…  

Aquel extraño…  

Aparece y se apodera de mí, luego como un fantasma desaparece...

Dejando con su estela, la espera y el deseo ferviente de un nuevo encuentro...



Jaineth Méndez



martes, 4 de junio de 2013



Reflejo...

Insoportable silencio que no desaparece, que taladra mis oídos y penetra la profunda calma de mis sentidos.

Pensamientos aturdidos, que reemplazan  los serenos que huyen despavoridos ante los fantasmas depravados que asechan cada recoveco, sin descanso ni piedad.

Sin aire, el oxigeno se agota y no se puede respirar.

La espesa niebla envenenada mata la ilusión que agoniza y suplicando ruega que no la dejen morir.

Tu voz sedante único aliciente que pone fin a mi delirio se ha ido sin retorno aparente, sin adiós de despedida, dejando un vestigio sonoro en las paredes de mis recuerdos aun vibrantes por su presencia.

Te busco y te ocultas, das paso a las sombras en la intemperie infinita, tu ausencia dibuja líneas indefinidas. 

Prolija imaginación que en manos del deseo yergue tu figura ausente y grisácea.

La carencia de color evidencia lo mortuorio de mi anhelo que  al negarse a pagarle a Caronte,  fue condenado  a vagar irremediablemente en las orillas de tu olvido.

Los helados  afluentes del rio de los muertos me poseen y  consumen  con sus frías ráfagas de viento y el hilo de aliento que mantenía la esperanza de vida claramente se desvanece dejando solo ausencia y vacio.

Ya no puedo tocarte, ya no puedo olerte, descubro que no existes, estas en mi imaginación, eres sólo un reflejo…



Jaineth Méndez







Procesos.


Partiendo de la premisa que elegimos los procesos para crecer, evolucionar o aprender, cabe considerar la dirección que tomamos para ello, generalmente es el opuesto. La vida nos obliga a tomar nuestro propio carril. Por ejemplo, en un proceso de salud la ruta puede ser la enfermedad como camino, si deseo estar sana corporalmente requiero de una enfermedad para sanarme, llevarme de un estado de mal-estar a un estado de bien-estar.


Si creo haber elegido trabajar en un proceso de plenitud fluidez y libertad y la ruta hacia ello es el opuesto, entonces elijo, la restricción, la rigidez y la esclavitud como camino. Cuando cuesta ser libre, plena y no existe nada que ate, se anhelan los grilletes, ya que no se sabe vivir en libertad, autonomía e independencia, y con ello se fomentan frustración y fragmentación. La excusa puede ser un estado de confort que permita evadir la responsabilidad de realizar el propio vuelo, asumiendo un estado de sumisión y total entrega a quien pudiera hacer la labor por nosotros.


Se desarrolla la vida en un entorno que nos limita, se interactúa con personas de rasgos dominantes e impositivos y se entra en el perfecto juego de la dominación y la sumisión. Mientras se asumen las ataduras a voluntad, otros se ocupan de manejar los hilos que son movidos a placer, se pierde la autonomía y con ella la satisfacción propia. Estado perfecto de justificación ante la propia impotencia e incapacidad de realizarse plenamente.


Cuando se desea realizar la transformación se busca la autonomía por medio de la autoafirmación, fuerza de voluntad e iniciativa propia, aunque las alas están atrofiadas por la total ausencia de vuelo se descubre que existen, se asumen como propias y se vuelca al fortalecimiento de las mismas. Se logra experimentar un estado desconocido, se pasa de la esclavitud a la libertad, de la dependencia a la independencia, se llega a la propia esencia y se desarrolla una nueva forma de estar que ha de ser cultivada día a día. Luz y oscuridad se unen para penetrarnos en el cambio, en el desarrollo de la propia esencia. Se elige el opuesto para reafirmarse, la ausencia para llenar de contenido la plenitud y la propia libertad.




Jaineth Méndez