Reflejo...
Insoportable silencio que no
desaparece, que taladra mis oídos y penetra la profunda calma de mis sentidos.
Pensamientos aturdidos, que
reemplazan los serenos que huyen
despavoridos ante los fantasmas depravados que asechan cada recoveco, sin
descanso ni piedad.
Sin aire, el oxigeno se agota y no
se puede respirar.
La espesa niebla envenenada mata la
ilusión que agoniza y suplicando ruega que no la dejen morir.
Tu voz sedante único aliciente que
pone fin a mi delirio se ha ido sin retorno aparente, sin adiós de despedida,
dejando un vestigio sonoro en las paredes de mis recuerdos aun vibrantes por su
presencia.
Te busco y te ocultas, das paso a
las sombras en la intemperie infinita, tu ausencia dibuja líneas
indefinidas.
Prolija imaginación que en manos del
deseo yergue tu figura ausente y grisácea.
La carencia de color evidencia lo
mortuorio de mi anhelo que al negarse a
pagarle a Caronte, fue condenado a vagar irremediablemente en las orillas de tu
olvido.
Los helados afluentes del rio de los muertos me poseen
y consumen con sus frías ráfagas de viento y el hilo de
aliento que mantenía la esperanza de vida claramente se desvanece dejando solo
ausencia y vacio.
Ya no puedo tocarte, ya no puedo
olerte, descubro que no existes, estas en mi imaginación, eres sólo un reflejo…
Jaineth Méndez
No hay comentarios:
Publicar un comentario